martes, 22 de noviembre de 2011

Margarita está linda la mar


MARGARITA from HAMPA STUDIO on Vimeo.

Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:
Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.
Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.
Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
mas lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: —«¿Qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?».
La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
—«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad».
Y el rey clama: —«¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?.
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!...
El Señor se va a enojar».
Y ella dice: —«No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas, por el viento
fui a la estrella y la corté».
Y el papá dice enojado:
—«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver».
La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el Buen Jesús.
Y así dice: —«En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».
Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
* * *
Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar.


Luego de leer este poema y ver este video, crear una historia.
La mía es esta:

Margarita, está linda la mar


Había una vez en una tierra lejana y mágica, una hermosa y pequeña niña que con su abuela jugaba mientras los pájaros blancos merodeaban.  
La niña traviesa resultaba ser una hermosa princesa que en un reino vivía junto a su padre el león.


Ella miraba como los hermosos pájaros pasaban desde su cuadrada ventana saludaba a los vecinos, eran buenos amigos. Pero en uno de esos momentos miró al cielo y con una sonrisa curiosa vio una estrella, nunca entes vista, era linda y brillaba como el sol en su punto más alto.
Sacó su sensible cámara y desde allí sacó una foto. Salió corriendo como un conejo hacia su habitación. La tímida princesa tomó una amigable caja y desde allí saco un montón de fotos de estrellas.  Puso la estrella sobre su delicado cuello, pero se dio cuenta de que lindo no quedaba porque no era verdadera. Entonces tuvo una loca idea.



Se escapó de su reino y lejos se fue con un bote al oscuro océano. No sabía hacia dónde se dirigía pero siguió su instinto. Hacia una luz en el cielo se dirigió. Pero con una roca chocó y su farol cayó. Ella lloró. Vio  a un niño con un farol, pero luego él desapareció y un barco pirata se presentó. No notaron su presencia porque no tenía farol que alumbrara su corazón. El barco se alejó, con niños llorando y pidiendo ayuda.


Siguió su camino en el mar oscuro y el barco se elevó. Hasta el cielo llegó, sobre las nubes paseaba mientras las ballenas bailaban. Feliz estaba. Encontró la estrella a unos metros de distancia sobre un hermoso y terrenal árbol. Empezó a treparlo, resbaló pero no le importó y hacia la estrella llegó.


Se elevó en el aire, cosa de magia y agarró la estrella con débil mano.

Volví a su hogar pero con su padre tropezó, y él, enfadado, le reclamó que devuelva la estrella a su lugar. La niña se negó pero el padre se la sacó. Ella lloró. Un ser celestial salió de ese lugar y le obsequió la pequeña estrella a la niña del corazón.


Se reconcilió con su padre y un abrazo feroz se dieron. La niña tenía la estrella en su celestial collar y los animales festejaban desde el más pequeño hasta el más grande paseaban.
El cuento terminó que la abuela le contó, y ella seguía  jugando con los pájaros blancos como al principio del cuento y así termino. Sería un sueño?

Te propongo hacer tu historia! Te animas?

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